Los nuevos códigos de la moda dictan las tendencias que se llevarán esta temporada. La comodidad sigue siendo clave en las propuestas para niña, al igual que el color, que explora una amplia paleta como forma de expresión.
El confort es el punto de partida. Los básicos se renuevan con detalles diferenciadores y piezas actuales, como el pantalón jogger o los conjuntos de dos piezas tipo pants en punto. Los suéteres y sudaderas XL aumentan su grosor sin perder un ápice de suavidad y juegan con motivos en relieve, como trenzas o flecos.
El abrigo, insignia de la época fría, se reinventa en siluetas con textura y volumen. Los anoraks acolchados muestran acabados metalizados en una estética casi espacial y las chamarras con interior aborregado destacan en looks casual, tanto en tonos tostados como empolvados.
El pantalón pone de relieve su versatilidad y se convierte en la estrella de la colección. Con bolsillos delanteros, en pana, con plisados, cropped, de corte ancho… Lejos de ofrecer un único modelo, esta temporada apuesta por la variedad de estilos para convertirse en la opción todoterreno para cualquier situación.
El regreso de los clásicos se materializa con diferentes patrones de cuadros en todo tipo de diseños. El animal print se actualiza e imprime flores y corazones. Los estampados florales y los holanes acentúan el carácter rústico de los vestidos fluidos. El terciopelo emerge como propuesta para las ocasiones especiales de Navidad.
La falda de tul vuelve a ser tendencia. En contraste sobresale el efecto cuero, que está presente en prendas muy femeninas y aporta frescura a la colección. Los tops de plana apuestan por su versión más romántica con mangas abullonadas, motivos de nido de abeja y detalles fruncidos.